2 Samuel 16 - Biblia Dios Habla Hoy Latinoamericana (1996)

Libro de 2 Samuel
Capitulos:

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1 - Apenas había pasado David un poco más allá de la cumbre del monte, cuando Sibá, el criado de Mefi-bóset, salió a su encuentro. Llevaba un par de asnos aparejados y cargados con doscientos panes, cien tortas de uvas pasas, cien frutas del tiempo y un cuero de vino.

2 - El rey le preguntó: –¿Para qué traes esto? y Sibá contestó: –Los asnos son para que monte en ellos la familia real; los panes y la fruta para que coman los soldados, y el vino para que beban los que se cansen en el desierto.

3 - –¿Dónde está el nieto de tu amo? –preguntó el rey. –Se ha quedado en Jerusalén –respondió Sibá–, porque piensa que ahora los israelitas le devolverán el reino que le correspondía a su abuelo.

4 - –Pues bien –contestó el rey–, ahora es tuyo todo lo que antes era de Mefi-bóset. –¡Ojalá cuente yo siempre con el favor de Su Majestad! –respondió Sibá, inclinándose ante el rey.

5 - Cuando el rey David llegó a Bahurim, un hombre de la familia de Saúl salió de allí. Era hijo de Guerá, y se llamaba Simí, e iba maldiciendo

6 - y tirando piedras contra David y contra todos sus oficiales; y aunque el rey estaba protegido por la gente y por su guardia personal,

7 - Simí lo maldecía diciendo: –¡Largo de aquí, malvado asesino!

8 - ¡El Señor te ha castigado por todos los crímenes que cometiste contra la familia de Saúl para reinar en su lugar! ¡Ahora el Señor ha entregado el reino a tu hijo Absalón, y aquí estás, víctima de tu propia maldad, pues no eres otra cosa que un asesino!

9 - Entonces Abisai, hijo de Seruiá, dijo al rey: –¿Por qué este perro muerto ha de ofender a Su Majestad? ¡Ahora mismo voy a cortarle la cabeza!

10 - Pero el rey respondió: –Este no es asunto de ustedes, hijos de Seruiá. Si él me maldice, será porque el Señor se lo ha ordenado. Y en tal caso, ¿quién puede pedirle cuentas de lo que hace?

11 - Luego, dirigiéndose a Abisai y a todos sus oficiales, dijo: –Si hasta mi propio hijo procura quitarme la vida, ¡cuánto más uno de la tribu de Benjamín! ¡Déjenlo que me maldiga, pues el Señor se lo habrá ordenado!

12 - Quizá cuando el Señor vea mi aflicción, me envíe bendiciones en lugar de las maldiciones que hoy escucho.

13 - y David y sus hombres siguieron su camino, mientras que Simí se fue por la ladera del monte, paralelo a David, maldiciendo y arrojando piedras y levantando polvo.

14 - Cuando el rey y la gente que le acompañaba llegaron al río Jordán, {cf2super [1]} iban muy cansados, y descansaron allí.

15 - Mientras tanto, Absalón entró en Jerusalén acompañado por todos los israelitas y por Ahitófel.

16 - Por su parte, Husai el arquita, amigo de David, fue al encuentro de Absalón, gritando: –¡Viva el rey, viva el rey!

17 - Entonces Absalón le preguntó: –¿Es esta tu lealtad hacia tu amigo? ¿Por qué no te fuiste con él?

18 - –No puedo –le respondió Husai–, porque yo debo estar y quedarme con quien el Señor y todo el pueblo israelita hayan escogido.

19 - y en segundo lugar, si a alguien debo servir, que sea al hijo de mi amigo. Así que yo serviré a Su Majestad de la misma manera que he servido a su padre.

20 - Más tarde Absalón preguntó a Ahitófel: –¿Qué aconsejan ustedes que hagamos?

21 - y Ahitófel respondió a Absalón: –Acuéstate con las concubinas de tu padre, las que él dejó para que cuidaran el palacio. Así todos en Israel comprenderán que te has hecho odioso a tu padre, y tendrán más ánimo todos los que están de tu parte.

22 - Entonces pusieron para Absalón una tienda de campaña sobre la azotea, y allí se acostó Absalón con las concubinas de su padre, a la vista de todos los israelitas;{cf2super [2]}

23 - pues, en aquel tiempo, pedir un consejo a Ahitófel era como consultar la palabra de Dios. Tal era el prestigio de Ahitófel, tanto para David como para Absalón.